¿Qué es el calzado respetuoso?

Puede que os suene este término o no, pero existe una demanda cada vez mayor de este tipo de calzado, así que vamos a familiarizarnos un poco más con él.

Para hablar de calzado respetuoso primero tenemos que hablar del calzado tradicional. ¿Qué entendemos por tradicional? Todo tipo de zapatos que tienen como idea “ayudar” al bebé a caminar, a dar sus primeros pasos. Con esta “excusa”, nos vamos a encontrar con contrafuertes posteriores, hormas rígidas, suelas gruesas, poco o nada flexibles o incluso acabados en punta. Recuerdo cuando era muy pequeñita e ir a comprar zapatos con mi madre y tengo grabado en la memoria el “quiero unos botines que le agarren bien el tobillo”. Gracias por tu esfuerzo abuela Pili, pero evidentemente de aquella no sabíamos lo que sabemos ahora.

El calzado respetuoso es aquel que permite la libertad de movimientos, que protege el pie pero que no interfiere en su desarrollo normal y, por supuesto, ha de ser flexible. Importantísimo decir que hasta que no camina, un bebé no necesita zapatos. Por lo tanto, es absolutamente innecesario comprarle ningún tipo de calzado para “ayudarle” a caminar. Caminará cuando esté preparado, ni antes ni después. Para ello debe fortalecer la musculatura y adquirir estabilidad y equilibrio de forma natural y cada bebé tendrá su momento y su ritmo. El calzado respetuoso permite que, una vez que caminen, los dedillos tengan espacio, que el tobillo se mueva libremente y que consigan realizar el movimiento de impulso de forma natural.

 

¿Cómo es el calzado respetuoso ideal?

  • Plantilla extraíble: nos permite poner el pie del peque sobre la plantilla y tener una visión real de cómo le va a quedar el zapato una vez puesto (no sirve de nada la técnica de apretar la punta y ver a qué altura le queda el dedo gordo!)
  • Contrafuerte posterior y/o lateral inexistente
  • Cierre con velcro: fomenta la autonomía del peque para quitarse y ponerse el zapato, además de facilitarnos a nosotros la tarea y permitir un ajuste más adecuado al empeine
  • Cero drop: que no exista diferencia en el ángulo de inclinación externo ni externo sobre el que se apoya el pie. Debe quedar completamente plano.
  • Suela fina y flexible: lo ideal sería que caminásemos descalzos, pues a través de los pies recibimos estímulos y sensaciones del entorno, pero cierto es que el “entorno” en el que vivimos no está pensado para que andemos sin zapatos (la calle, el parque, el supermercado, etc). Aún así, debemos buscar calzado que proteja pero no aísle.
  • Interior de piel o fibras naturales: permiten una buena termoregulación, transpirabilidad y circulación de aire. Evitamos excesiva sudoración y aparición de hongos/mal olor.

Importante:

- medir siempre el pie del peque o la peque, en carga.

¿Qué quiere decir esto?

Que hay que medir estando de pie y cargando sobre él. ¿Por qué? Porque el pie en carga anchea y alarga, por lo que si le medimos el pie “en el aire” no vamos a obtener la medida real.

¿Puedo ir a comprar un zapato sin llevar a mi peque?

Si. Solo tienes que poner su pie sobre una hoja de papel y dibujar el contorno con un lápiz, aunque lo ideal es que los probéis en tienda. ¡Ante la sospecha de alguna patología asociada a la marcha, acudid al podógolo!

En el mercado existen diversas opciones de calzado respetuoso y en Mini Monstros tenemos variedad de marcas y modelos para que podáis escoger el más adecuado para vuestros peques, además de medidor para poder encontrar la talla adecuada. ¡Os esperamos!

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